Bello destino cruel que me la pones para deleitar la mirada y luego te la llevas, cual noche por el amanecer. Amado destino que juegas dados conmigo, sin piedad y orgulloso, devoras las aspiraciones y necesidades de tenerla, construyes muros resbaladizos, derribas esperanzas. Y aún cuando llenas de amargura el corazón, nunca oscureces el ultimo rayo de luz.
Una sola gota de inseguridad puede provocar un disturbio, un caos, un desequilibrio.