Que fácil es corromper los sueños de un pueblo, que fácil fue someterlo, bajo la mentira de un pan remojado en agua, que ingratitud ofrece, aquel que baja la mirada aceptando su destino como esclavo, fingiendo libertad. ¿Dónde quedo tu pecho ergido de resplandeciente bronce?, deseo por la tierra y amor por la promesa de tocar el cielo, son ideas que muertas en la soledad se desvanecieron. Solo nos queda refugiarnos en nuestras sillas de escritorio.
Una sola gota de inseguridad puede provocar un disturbio, un caos, un desequilibrio.