Si anteriormente ya tu trasero fue marcado por el puntapié despiadado de la vida, en este presente te ofrece la cara para ver si puedes reclamar. La verdad es que estás abrumado, somnoliento, los músculos son gelatina, el espíritu de lucha se a desvanecido, ya no hay más tortura para felicidad. Te derrumbas cual uncia rama frágil en un inmenso bosque, y simplemente a nadie le importa. Es verdad que las acciones por pequeñas que sean pueden tener eco en el universo, sin embargo se vuelven insignificantes en este suspiro que llamamos vida. Dolor es continuar, dolor es mirar atrás, dolor es detenerse, dolor es simplemente lo que te hace recordar que aún estás vivo, y te llaman cobarde, pero que esperanza hay cuando te la quitaron los mismos que se dan derecho a juzgarte. Que agrías se han vuelto tus palabras desde el cielo, ya no me ofrecen consuelo, ya no retumban en el corazón, alma que vaga por penumbra es lo que dejó el cascarón de aquellos ayeres. Y solo lo por lo que ruegas, es